Las cinco de la tarde.
Definitivamente, de hoy no pasa, voy
a limpiar la jaula de Ratón. Debe hacer ya más de una semana que murió. La bajé
al sótano, por higiene básica y para ayudar a algunas a esquivar los recuerdos.
Las peques están entretenidas, voy para abajo.
Este tufo… ¡Claro, una meada de Chusta! ¡Un día de éstos
la estampo!
Yendo a por la fregona me tropiezo con el montón de la ropa
sucia. La verdad que no pensaba hacerlo ahora pero, ya que estoy aquí, pondré
la lavadora. Con ropa de color. ¡Andá! Pues recuerdo que tengo arriba el
pantalón negro, ese que no me pongo
desde hace días porque está sucio pero siempre se me olvida echarlo a lavar.
Iré a por él.
Al pasar por la cocina pienso: Estas niñas… No han
merendado. Al final se nos junta con la cena. ¡Chicas, lavaos las manos! ¡A
merendar!
Pero Luisa ya tuvo esa idea, se ha lavado las manos,
la cara,
el pelo,
los brazos hasta el codo
y lo que le sobresale de la barriga.
La Barbie desnuda que le acompaña está enjabonada de los pies a la cabeza.
la cara,
el pelo,
los brazos hasta el codo
y lo que le sobresale de la barriga.
La Barbie desnuda que le acompaña está enjabonada de los pies a la cabeza.
Pues dejaremos escurriendo la muñeca y cambiaremos la ropa a
Luisa. Pero al llegar a su habitación… las camas sin hacer y hoy no he
ventilado. Al final se nos hace de noche. ¡Pues venga, si son cinco minutillos!
En lo que la peque busca una camiseta saca ocho y, sin
querer quererlo, se le caen al suelo otras seis. Doblamos y las guardamos... Por
cuarta vez esta semana.
¡Hala listo, vamos para abajo!
Julia se acuerda de que necesita una cartulina y un papel
pinocho violeta. Lo tenía que haber llevado al Cole anteayer.
Merendaréis por el camino que nos vamos.
¿Qué hay en la alfombra? ¡Vaya, Ratulí se comió otro
playmobil! ¡Raaaatu, eso no se hace! El pobre muñeco está insalvable y babeado.Arrrrg...
Y en esta basura no cabe un alfiler. La ato
y, ya que salimos, la tiro.
Esperad chicas que me lave las manos.
Luisa… te pusiste los zapatos al revés. Por favor
Julia, ayúdala mientras cierro a los perros en la cocina que sino Chusta se
sube al sofá. ¡Sí la hubiera estampado ya un día de aquellos!
Ya que he vuelto a la cocina, sacaré del congelador un poco
de bacalao para cenar esta noche. Podría ser en salsa verde. A ver si quedan
ajos…Uf, una cebolla y dos naranjas
pochas que se van de viaje con el playmobil.
Esperad chicas que me vuelvo a lavar las manos.
Que no salgas sin el abrigo…
Ir a la papelería con ellas, aunque tan solo sea para comprar
una miserable chincheta, es echarle mínimo una horita. Paciencia.
Pues, a la vuelta, entre deberes, llamadas de teléfono, cena, aseos, sacar a los perros, leer cuentos,
tender la lavadora, fregar el reseco pis de Chusta y contestar whatsapps, nos da la hora de acostarnos y…Otro día sin
abrir mi blog.
A todo esto tenemos una rutina perfectamente caótica,
repleta de amigos, visitas, manualidades, recados y contratiempos que son el
motor de nuestra existencia.
La verdad, Ratón, que para ver tu casita ahí, día tras día,
tal cual la dejaste, preferiría que te hubieses quedado dentro. Eras otro
trabajito más pero hay muchas labores que, verdaderamente, terminan siendo una alegría.
Aburrida rutina, donde sea que habites, con tus horas y
tiempos cuadriculados, allí te puedes aposentar. En nuestra vida, por
ahora y por algún tiempo, creo que no vas a tener lugar. No sabes cuanto lo siento.
Jijijiji.
¿Y Ratón quien era? ¿Tu hámster o algún bicho raro de los tuyos?
ResponderEliminarOstras... y yo tocándome los huevos en el trabajo!!!
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