Un correr, volar... y para no llegar.
¡Cuántas llamadas quiero hacer! Y no llego...
No escribo (más) porque no sé por donde empezar.
Y eso que hace años (desde que no disfruto de las largas vacaciones de estudiante) que casi prefiero el:
-"¡Uy, que tarde debe ser!"- Viendo como anochece ya viviendo el otoño.
Miro un reloj.
-"Pero si sólo son las siete"- Me digo.
Y pienso (Tan ilusa...) -"¡Si todavía tengo tiempo de hacer tantas cosas!"- Ja, ja.
Os dejo una canción que he vuelto a oír ayer en la radio y siempre me hace tararear... Por algo será.
A Julia no le dejo ver el vídeo (Y eso que le encantaría el robot) porque es peligrosa la libre interpretación, del estribillo, que puede albergar la mente de una niña... que (¡Qué raro!) aborrece hacer deberes.
Aprovecho para agradecer a los visitantes asiduos (que sois pocos pero... ¡Grandes!) que no desesperéis... Por ahora... yo tampoco abandono: Necesitaría escribir más que nunca...Pero, simplemente, de verdad que no llego.
La casa por el tejado (Fito y Fitipaldis)