Tengo un amigo que sigue mis Alejandradas (Y me comenta) de una manera particular porque sus circunstancias de conexión son especiales.
Me conoce sobradamente porque hemos compartido mucho, durante uno de los tiempos más intensos de nuestra vida.
Cuando ya , por fin, logré licenciarme. Estuve un año y medio (hasta que decidí venirme a donde ahora resido) trabajando como becaria en un proyecto de parasitología de la Facultad (Mis labores allí, y con quién las desempeñaba, son para escribir otra entrada, para sonreír, reír y llorar...).
Durante esos meses Andrés vivía su solitaria decisión de emanciparse en un portal cercano a donde yo, todavía, residía con mis padres. Cada día, a mi regreso del trabajo, siempre paraba primero en su casa a contarle mis venturas y desventuras de aquel día.
Él habla poco, muchos pensarán que es tímido, pero yo no le considero, él es observador y discreto. Y el caso es que, cada vez que abre la boca, sus palabras resultan sabias y meditadas
Él mira con unos ojos cuasi verdes y misteriosos que a más de una amiga mia han llegado a conquistar. Y Andrés apenas sin saberlo. Sí, sí.
Cuando me da, hablo mucho y él siempre me ha sabido escuchar, aconsejar y corregir.
Nos separamos de puro amor.
Él emigró , tras casarse, a una población cercana y allí cultiva una preciosa familia, mimando a sus dulces chicas rubias.
Yo me vine a cuidar a un lesionado que, claramente demostró que no podía vivir sin mí, tirándose (con el coche incluido), por el puente de San Juan (Jordi, me hubiera venido igual...no era necesario tanto escándalo ;-)
Desde el principio Andrés me ha ido escribiendo correos, cada vez que ha podido leer una entrada.
Como suelen ser mensajes preciosos, me voy a permitir el irlos repescando...y poniéndolos donde deberían estar.
Así que el primero es el último y, poco a poco, iré colocando en sus sitios los demás.
Firma Andy, que es como siempre le llamaremos en la pandilla.
Pase el tiempo o se interponga la distancia entre nosotros, nunca te olvido.
Nos vemos dentro de poco... y conozco a tu pequeña.
Como no sería muy imparcial al hablar de mi mismo, sólo diré una cosa: “da gusto con amigas como tú”, que fácil haces que sea la amistad, al dar tanto y pedir tan poco.
ResponderEliminarP.D.: Mi fama de conquistador, por lo que leo, me precede, pero debe sacarme mucho trecho ya que nunca me he enterado de casi nada en ese tema y, en ocasiones (las menos), me he enterado años más tarde. Podría haber puesto más atención hace años, aunque prefiero que fuese tal y como ha sido, ya que esto me ha permitido tener una esposa y dos hijas maravillosas y mantener otras amistades que igual se hubiesen roto en algún caso. Definitivamente, no cambio nada.
P.D.2: Muchas gracias por dedicarme estas líneas; no creo ser merecedor de ellas pero aún así me han hecho muchísima ilusión. Muchas gracias.
Ciao.
Definitivamente, no cambies nada, nunca.
ResponderEliminar¿Andy? Jarras, ja ja ja
ResponderEliminarBesos
Jarras también podría valer... pero eso siempre fue más entre vosotros, los chicotes.
ResponderEliminarUn beso.
Qué gran verdad!!!! Ale sigue siempre así, no cambies nunca!!! te quiero! : )
ResponderEliminarIremos a veros Vero.
ResponderEliminarOui, oui.