Se agolpa tanto en la cabeza que a veces no sé ni por donde empezar, por donde continuar, por donde terminar. Confundo el huevo con la gallina y entro en caótica espiral.
Pero hoy he podido hablar con quien más lo necesitaba, con quien está siempre más cerca, para escuchar, comprender, abrazar y encauzar. A quien me empeño muchas veces en ver como el contrapunto, al buscar ese muro en el que intento rebotar miedos y desazones, que termino encontrando en lo más cercano, en lo cotidiano. No por ello deja de ser lo más injusto.
Me cuesta desenredar, es toda una madeja de pequeñeces y no sé de qué cabo he de tirar para expresarme adecuadamente.
Una espinita es mi relación actual y puntual con Julia, mi problema viene a aflorar siempre en la misma ocasión, no sé si le exijo demasiado o le exijo demasiado poco, lo que si sé es que es un tema que me gustaría zanjar, eliminar de mi mente y de mi vida diaria. Convencerme de que cada uno tiene su ritmo y de que definitivamente este sistema de enseñanza nos va cada día más de culo (hablando mal), pero me debo de adaptar.
Ya no sé que inventarme para motivarla y acabamos regular. Sé que a ella se le apelotonan también sus problemas, los normales de su edad y los normales de tener a este Mocopavo por hermana.
El ser tan esquiva me mata… Jordi me consolaba. Pensando en que todo suma y todo gasta, en una de sus frases de ánimo ha incorporado -“…y Luisa no tomará la teta siempre…-” Dándome a entender que ya sería una carga menos para mis espaldas. Pero yo , continuando entre mis sollozos, como un resorte, he botado -“Si eso es precisamente lo único que me salva, la forma más clara que tengo de contactar con ella…de tocarla… lo que con Julia ya no tengo”-
Llevo años luchando contra mi misma, llevo años reprochándome mi insuficiente capacidad de demostrar el evidente amor que les tengo a mis padres, hermano, primos, esposo, amigos…pero ahora el empezar a sufrirlo con mis propias hijas, literalmente me mata.
Se que muchos habéis aprendido a reconocer mi forma de querer y la habéis tolerado con infinita paciencia. Sólo falta que la termine por aceptar yo y supongo que todo se tornará más sencillo.
Lo del trabajo es caso aparte, que si llegara el caso os detallaría. Somos pocos trabajadores, somos un buen equipo, el curro a veces es duro… pero tenemos ratillo de cafécolacaobollocharlilla. Otros temas nos ahogan, que espero no puedan con nosotros. La crisis es ardua: el precio de la leche bajo, los piensos por las nubes y créditos varios todavía al acecho.
Por condición femenina, mi ciclo este mes se ha prolongado toda una semana (cosa bien rara que falle este relojito) y ayer se dignó a cuadrarse. Supongo que el correspondiente revuelo hormonal tinta de un gris casi antracita el cristal de esta ventana.
Además me empeño en no asumir que soy una super-mamá, adicta a convencerme de que lo que hago sirve para poco o nada. Cojo la pala y gasto gran parte de mis energías en clavarla hondo en la tierra helada para luego, con no menos esfuerzo, echarme lo que he rascado sobre la cabeza. No se me da nada mal.
Pero Luisa es la que ocupa ahora nuestra máxima indagación. Y Julia también lo sufre, el viernes al salir de clase me dijo –“¿Verdad que se puede venir Sandra a comer a casa? ¿A que lo de Luisa no es contagiosos?”- Y no, contagioso no debe de ser, pero insidioso un rato. El martes tenemos consulta con alergología. Buscando motivos hemos comprobado una clara hipersensibilidad al frío, le salen unos habones que asustan tanto que ya hemos dado con nuestros huesos un par de veces en urgencias y se ha llevado varios días de tratamiento con antihistamínicos y corticoides. Desde el jueves no sale de casa y parece que aquí, al calor, todo vuelve a la normalidad.
Y para colmo, como Jordi se ha dedicado a hacer kilos de cabello de ángel con aquellas calabazas que le regalaron, no se me ocurre mejor idea que pasarnos la tarde preparando masa (de esa con levadura que hay que dejar subir tres veces) para hornear mañana unas ensaimadas… ¡Si me sobra el tiempo!Y me volverá a sobrar… despertándose la enana a las siete de la mañana :P
Si no fuese por lo que marca ese termómetro, la mandaba con su padre tempranito a vacunar vaquitas. Así se le hacía también a él más ameno el domingo de currelo.
Maldito frío. Bueno, ya vamos hacia la primavera. ¡A por ellos! ¡Oé!
ResponderEliminarÁnimo, a ver si se pasa ésta racha...
ResponderEliminarBesicos!
Venga Ale, que no se diga!
ResponderEliminarRachas chungas vienen cada dos por tres. Parece que no van a terminar nunca de salir rollos. Pero te aseguro que de todo se sale y dentro de unos días lo verás como una nebulosa y te reirás de los agobios. Como dicen los franceses: C´est la vie!
Gracias, gracias.
ResponderEliminarPor estar ahí, por eso.
Diagnosticado: "alergia al frío: urticaria a frigore"... es muy largo de detallar. De todos modos dentro de un mes y medio tendremos el resultado de las pruebas que faltan... prometo explicar. Besos.
Es tan complejo todo lo que comentas en esta entrada que necesitaría otro blog para desgranarlo...y seguramente nos quedaríamos como estamos. Lo mas importante de todo es que no debemos dejar que las sensaciones se nos conviertan en verdades absolutas. En los malos días vemos las cosas tal y como nos las dibujan las sensaciones que tenemos. Nos parecen reales pero no lo son. En esos momentos dejamos de atender a los signos de realidad para fijarnos únicamente en los signos de nuestra preocupación. Lo objetivo es que las mozas crecen y se asoman al mundo con una sonrisa detrás de otra, mientras que nosotros nos asomamos con un refunfuño detrás de otro...por eso hemos de tener especial cuidado de que no aprendan demasiado de los mayores y nos copien antes de tiempo. (ojo, lo digo sobre todo por mí).
ResponderEliminarAsí que teniendo claro que eres una supermamá y que procuraremos descojonarnos un poquito mas y mejor, pues miel sobre hojuelas...
Te quiero.
ResponderEliminar"Alergia al frío: urticaria a frigore"... vaya. Que asco de frío y nieves... a ver si empieza a hacer buen tiempo. Saludos
ResponderEliminarSi es una cosa rara, y más en niños.
ResponderEliminarDentro de un mes y pico nos darán resultados más concretos... espero poder explicarlo.
De todos modos parecen que son brotes que van y vienen cuando menos te lo esperas. Ahora parece que todo está normal... pero por si acaso no la exponemos al frío.
¡Menudas fechas!
me paso por aqui(ahora mas que tengo un ordenador "normal")y me dejo llevar por tus palabras que me cuentan tus emociones... es precioso poder sentirte desde aqui.
ResponderEliminarEsa es la esencia de las madres, a veces vemos que todo va tan bien y a veces todo se altera en un instante... pero asi es como personalmente creo que crecen y nosotras, tambien.
Ese ordenador "normal" lo quiero ver yo. Y tu casita con ruedas también... No te olvides nada cuando vengáis a vernos. Besote.
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