-"¡Hombre Alejandra, qué tal? ¿Trabajas mucho?"-
-"Pues sí, por aquí paramos poco."-
-"Me alegro de que tengas ganas de trabajar...Porque por ahí hay muchos que no las tienen, incluso dicen que van a hacer una huelga..."-
Llevo años sin entrar a discutir ciertas sandeces, pero también tengo mis días...y hay temas que me escaman:
-"Pues esta huelga sí que me quedo con ganas de secundarla"-
Extrañado -me mira como si fuera un bicho raro-, me contesta:
-"Pues sólo por quienes la convocan...Yo no iría."-
-"Es que no hay que asistir por los intereses de quien la convoca, sino por decisión personal."-
Punto y final.
¿A quién le quedan ganas de más charla?
Pero, tristemente, no iré a la huelga.
Porque trabajo para el sector primario y tenemos establecidos los servicios mínimos, cada día del año, para atender a unos animales que no tienen culpa de los movimientos políticos ni de que suframos salvajes reformas laborales.
No sé cual puede ser el camino rectificativo.
Pero asumir esta reforma laboral es de gravedad.
Por lo menos, cuando pasen estos cuatro años, pensemos bien a quien queremos votar.
Las opciones son algunas más que dos.
Por causas ajenas al cargo, soy representante sindical en mi empresa.
Ni siquiera estoy afiliada.
Recibo mucha información para transmitirla a mis compañeros.
Si este hombre hubiera entrado a donde nos tomamos el café se hubiera encontrado el corcho empapelado; lo mismo así hubiera decidido morderse la lengua -con riesgo, pobre, de caer envenenado-.
Entre otros correos -con información sobre la reforma laboral- he recibido uno con esta carta adjunta.
La copio aquí tal cual.
Cada uno que se lo piense.
Carta de un delegado a sus compañeros...
No me sigas.
No me apoyes.
Ni siquiera hace falta que des soporte a mis siglas, a mi sindicato.
Tampoco importa que no apoyes a cualquier otro sindicato.
Incluso puedo entender que alguna vez te hayas sentido defraudado con los sindicatos.
Y hasta te respeto si me dices con franqueza que no te gusta ninguno de los sindicatos.
Sólo te pido que te defiendas.
Que luches por lo tuyo, y por tus compañeros, y por los que vendrán.
Los próximos meses, las próximas semanas, LOS PRÓXIMOS DÍAS... van a ser cruciales.
Son cruciales.
No es un tema de sindicatos contra Dirección.
No es un tema de otro acuerdo "más de lo mismo". En las próximas fechas se va a decidir el futuro de muchas personas.
De personas como tu.
Se va a decidir si muchos se marchan y quedan expuestos a un mercado laboral en crisis, es decir, con riesgo de quedar excluidos y con sus familias a merced de la pobreza.
Se va a decidir si los que se quedan lo hacen en condiciones dignas, o sometidos a recortes continuos y arbitrarios en sus derechos. Se va a decidir si te recortan el sueldo, si te amplían el horario, si te roban derechos que has adquirido a lo largo de muchos años.
No es un tema de UGT y CCOO.
Debes hacerlo por ti mismo.
No es un tema de antigua lucha de clases ni ideologías que para ti, pueden estar caducas.
Es un tema de uno, dos, cinco, diez elementos que quieren conservar su poder. Egea, Cánovas, Mendoza y unos pocos más. Quieren sacrificar personas en el altar del Banco de España. A cambio de ese sacrificio, podrán liderar la siguiente fusión. Y cuando digo liderar, digo seguir en su sillón, tener un puesto de máximo poder en el consejo de administración. Para todos éstos, que ganan 200.000, 400.000, 600.000 euros, eres el empleado XXXX. Una partida de gasto en la contabilidad.
Quizás te conocen, quizás hasta tienes una cierta amistad y tomas un café con ellos cuando los encuentras en la cafetería.
No dudes que te sacrificarán a la menor oportunidad. Hombre, quizás es que es verdad que las cuentas están muy mal y por eso han de recortar.
No dudes que te sacrificarán a la menor oportunidad. Hombre, quizás es que es verdad que las cuentas están muy mal y por eso han de recortar.
Una gran falsedad. Las cuentas se arreglan invirtiendo, vendiendo, innovando, siendo mejores, teniendo a los mejores. ¿Por qué entonces estas ganas de recortar? porque Egea quiere decirle al ministro: mire, he aplicado de forma inflexible sus medidas neoliberales. Soy el que más he atacado a los trabajadores. Y ahora, déjeme dirigir la siguiente fusión, quiero ser el director general de un de los 6 bancos más grandes del país. En todo caso, son los directivos los que abrieron vías de agua en el barco.
El barco venía lleno de ladrones. Tienes derecho a luchar por el barco, y no eres tú el lastre que hay que soltar.
Ellos ya cuentas que los sindicatos protestarán.
Lo entienden como las reglas de juego.
Lo que no cuentan es que TÚ, protestarás.
Está en tu mano ser sacrificado o seguir manteniendo un trabajo que te has ganado con tu profesionalidad.
Está en tu mano mantener la dignidad del que sabe que no le regalan nada, que se lo gana día a día. Está en tu mano luchar para que esta organización sea la de todos. Luchas para que esta sea primero una organización de personas, y no un balance y una cuenta de resultados. Esta empresa, que es tu proyecto, puede salir adelante sin sacrificar su razón de ser, las personas. Expulsar personas, cercenar derechos, no hace mejor a BMN, sólo sirve a los objetivos personales e insolidarios de una, dos, cinco, diez personas.
No nos apoyes, no te afilies, critícanos.
Pero defiende tu dignidad, defiende tu puesto de trabajo.
Mira a tu compañero, mira a tu lado, mira a los ojos de los que han construido este proyecto contigo, codo a codo.
Es momento de ser valiente. No es momento de ser suicida. Es momento de determinación. No es momento del egoísmo. Me quedo sentado en mi silla, a ver si a mí no me toca. Esto no te va a servir. Es más seguro, para ti, luchar para que respeten a todos.
¿Hacer una huelga es costoso? ¡Por supuesto! Te va a costar dinero.
Te va a costar que algún compañero, que algún jefe, no comparta contigo y "te mire mal".
No hacer nada aún va a ser más costoso. Te puede costar irte a tu casa con 20 días por año trabajado. La Dirección no teme a los sindicatos. En absoluto.
No hacer nada aún va a ser más costoso. Te puede costar irte a tu casa con 20 días por año trabajado. La Dirección no teme a los sindicatos. En absoluto.
Te teme a ti.
Teme que muchos como tú digan basta a los abusos.
Saben que no pueden avanzar con una organización de personas sin personas. ¿Su estrategia, ya la conoces, o no? Ir poco a poco, hoy se va uno, hoy trasladan a otro... y si yo estoy aquí es porque no me ha tocado, ¿verdad? igual no es tan malo. Igual si no digo nada no se acuerdan de mí.
La dirección no teme que 50 protesten. La dirección tiene pánico a que 8000 protesten. ¿Qué no te va a tocar? quieren echar a 800 trabajadores, tienes una probabilidad entre 8 de que te toque. Y si no haces nada, vas a tener más probabilidades, porque la dirección va a decir “¿echamos a 800 y nadie protesta? ¡Recortemos 1000 más! “ ¿Qué no te va a tocar? Te van a bajar el sueldo mientras los directivos cobran 200.000, 400.000, 600.000 euros... por hacer lo mismo que tú, por cumplir con su función, por estar en el mismo barco. ¿Y se puede parar esto? lo puedes parar tú.
Protestando, parando, sacrificando un día de sueldo en una huelga para ganar mil días de trabajo digno.
Puedes pararlo siguiendo las acciones convocadas por los sindicatos. ¿No quieres seguirlas? haz otras.
Asóciate. Júntate. Comparte. Intercambia. Habla con el que tienes al lado. Ponte de acuerdo con muchos. Es más difícil pisotearos si estáis unidos. ¿Has hecho el curso de gestión de riesgos? ¿Cuál es el coste de quedarte en la calle? ¿Tienes hijos? ¿Hipoteca? ¿Piensas que volverás a encontrar trabajo rápidamente? ¿Con 6 millones de parados? y ¿en qué condiciones? La gestión de riesgos diría que ahora vale la pena invertir en resistir. Invertir en quedarte sentado implica un riesgo mucho mayor.
Hago un día de huelga. Probabilidad de perder un día de salario = 100% No hago nada. Probabilidad de acabar despedido y excluido del mercado laboral = 15% Quieres que te lo pinte de otra manera? Hago un día de huelga. Probabilidad de perder un día de salario = 100% No hago nada. Probabilidad de que rebajen el sueldo un 5% y me cueste mucho más que un día de huelga = 100% Y mientras, ¿qué hacen los sindicatos? Lo que pueden. Tratando de buscar el mejor acuerdo. Sin que se rompa la baraja. Jugando con las cartas que tienen.
¿Cuáles son esas cartas? no muy buenas.
¿Cuáles son esas cartas? no muy buenas.
Son las que les habéis dados con vuestras afiliaciones. Son las que les habéis dado cuando había una huelga y nadie iba.
La suerte es que podemos forzar que se repartan nuevas cartas. Cada vez que convocamos un paro, una protesta, una huelga... estamos barajando y repartiendo.
Volvemos a buscar un As que nos permita jugar mejor la partida. Y otra vez depende de ti. ¿De quién si no? ¿Y que puedo hacer yo? , en una oficina, dónde sólo somos tres. ¿Cómo voy a parar diez minutos?, ¿cómo voy a hacer huelga? ¿Cerramos la oficina? ¿Qué dirá el delegado, qué dirá el jefe de zona? Puedes hablar, puedes mirar a tu compañero, a tu delegado. Quizás hasta conozcas un poco de su vida. Quizás tienen pareja, hijos. Puedes hablar, decir "esto no puede ser, nos merecemos una empresa que nos cuide, hemos de hacer algo".
Puedes decirle, "voy a parar diez minutos, y no sólo por mí, voy a parar por ti, para que sigas teniendo trabajo". Puedes decirle "voy a hacer huelga para que no seas uno de los 100, 200 delegados que se quedarán sin oficina cuando la dirección las cierre". Vaya, otra vez la pelota en tu tejado, ¡Qué incómodo! nadie dice que lo fuera.
La dirección trabaja con los mejores bufetes de abogados del país preparando la estrategia para echar a gente como tú al paro con el menor coste posible. Tiene un departamento de recursos humanos a su servicio para implementar esa estrategia. ¿Cómo iba a ser fácil resistir a eso? ¿Cómo iba a ser cómodo? ¿Lo que te has de preguntar es, vale la pena? Te has de preguntar si te mereces una organización donde las personas, de verdad, son el valor fundamental. ¿Cómo vamos a perseguir la visión de esta organización si no es respetando al que tenemos a nuestro lado? Cómo vamos a respetarnos a nosotros mismos si no estamos convencidos del valor que aportamos cada día. Y si aportamos ese valor, y si hemos navegado este barco durante años. ¡¡No nos merecemos que nos tiren por la borda con 30.000 euros!!
No me apoyes.
No me sigas.
Respeta tu trabajo.
Respeta a tu familia. Lucha.
Respétate.
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