Para bien o para mal, por distintas circunstancias, en esta vida me ha tocado algún que otro peregrinar. Ello ha conllevado el tener que despedir, recibir, conocer gente... algunas de estas personas me han concedido el privilegio de considerarse mis amigos... y muchos, aún hoy, siguen siéndolo.
Gracias por estar ahí.

domingo, 23 de enero de 2011

Nos iremos con la música a otra parte.

Estaba preparando una entrada de recuerdos musicales, que también se me está alargando demasiado, pero un pequeño percance ha modificado mi vida y os lo voy a contar. ¡Que no os pique nada! Que aún así os váis a rascar.
Hemos comenzado el año de fiesta, voy a omitir algunos detalles, pero a esta Navidad no le ha faltado ninguno. De muestra unos botones:
Teníamos planes de oír campanadas en compañía de algunos amigos. Pero Jordi cayó pachucho en cama, nos quedamos los cuatro en casita, sólo teníamos para ensaladas: Mucho apio, manzanas, nueces, escarola, granada pero… cero picoteo, cero segundo plato. No hay situación de este calibre que no se arregle con unos huevos fritos con beicon. De acuerdo, hasta aquí pasa.
El día 31 se averió la caldera, lo que nos supuso estar sin agua caliente y sin calefacción hasta es lunes 3, nos apañamos con la chimenea (y un calefactor eléctrico) y atemperando el agua para la ducha (a jarrazos) en peroles, vaaaaale…
El día 1, antes de comer, preparo la bañera a las peques. Limpieza, secado, vestido, peinado. A Luisa nunca le hago arreglos en el pelo pero como vio a su hermana…Me dispuse a ponerle una coleta. ¿Pero ...qué es eso que le corre por la cabeza, entre sus cuatros malos pelos? ¡Pues piojos! Ahora entiendo porqué a mí misma me picaba tanto la cabellera.. Así que salí corriendo a la farmacia de guardia a por permetrina al 1,5% y a fumigarnos. Problema resuelto. Se recomienda su reaplicación a los 7 días y así lo hice, aunque ya estábamos limpias. Pero a cuenta de esta experiencia, por lo que estudié de bichos varios y por todo lo que he vuelto a leer estos días de paranoia personal, me he dado cuenta de la grandísima desinformación que hay en la calle sobre el tema.
Hasta el punto de llegar a tener ciertos problemas en la guardería, con seria y larga discusión con la Dirección del centro. Que me ha llegado a decir que los piojos saltan (¿Tan paticortos? ¿Y con ese culo? Los piojos y las pulgas no son ni parecidos) y que las liendres comen, que se alimentan (¿Y por dónde? Tragarán lo mismo que pueda engullir un pollo de gallina antes de salir de su huevo, supongo) y que cuando se mueren se desprenden solas del pelo (Ja, ja).
Así que voy a dejar la modestia aparte y voy a intentar ilustrar un poco, por si pudiera serviros de ayuda en una supuesta futura lucha contra una Pediculosis (en la cabeza, claro).

Ciclo vital del piojo.
La hembra adulta (los adultos son visibles a simple vista, del tamaño de una semilla de sésamo, la hembra suele ser más grande que el macho) pone los huevos (también llamados liendres, de forma ovalada, brillantes y de color blanquecino-grisáceo-amarillento). Los deposita en la base del pelo, firmemente adheridos con una sustancia cementante. Por eso la liendre, aún muerto su embrión, no se desprende, es necesario algún producto (como el vinagre diluido) que ablande esta sustancia que la sujeta.
* Día 0.- Un huevo depositado en la raíz de un cabello (liendre).
* Día 6-7.- El piojo sale del huevo (ninfa).
* Días 8 al 17.- Sufre sucesivas mudas (3) hasta que, tras la tercera, ya se diferencia en macho o hembra.
* Días 17 a 19.- Se los pasa comiendo y copulando. En estos mismos días la hembra pone su primer huevo pues no necesita para ello más que un día tras la cópula.
* Días 19 a 35.- El macho se los pasará copulando con cualquier hembra que se le cruce por delante y las hembras no dejarán de poner huevos. A lo largo de su relativamente corta vida puede poner hasta 300 huevos.


A veces se hace difícil localizar los piojos (adultos o ninfas) ya que se mueven con rapidez. Lo que siempre encontraremos será la presencia de estos huevecillos o liendres. Se mantienen fijas al tallo del cabello, lo que permite diferenciarlas de la caspa y/o descamaciones del cuero cabelludo. Se van separando de la raíz a medida que crece el cabello (la hembra siempre los deposita a unos 2 mm de la piel, Los huevos viables están a menos de 6 mm del cuero cabelludo). Se considera que una distancia de 1 cm supone una antigüedad de un mes. Cuanto más alejadas más viejas e inviables, debido a falta de temperatura y humedad adecuadas para su desarrollo. Por todo ello no siempre encontrar liendres es sinónimo de infestación activa, para que el diagnóstico sea seguro es aconsejable realizar un peinado minucioso con un peine de púas finas (lendrera), para intentar encontrar un piojo.
La transmisión se produce básicamente por el contacto de una cabeza infestada con otra. Los piojos no vuelan ya que no tienen alas y las seis patas de las que disponen tampoco están preparadas ni dispuestas para saltar. Sin embargo, su movilidad es grande (y suelen evitar la luz) se desplazan con facilidad (los piojos de la cabeza se sostienen del cabello con garras, parecidas a un gancho, que tienen en el extremo de las patas, éstos se adaptan perfectamente al pelo de la cabeza pero no al vello de otras partes del cuerpo ni al pelo de otros animales- cada animal tiene su piojo, son muy específicos de su hospedador)

Del huevo eclosiona la ninfa. Tiene el aspecto de un piojo adulto, pero más pequeño. Para sobrevivir, la ninfa tiene que alimentarse de la sangre de la persona.
Tanto la ninfa como el adulto tienen formas bucales con perforadores para succionar. (La liendre, como ya habréis entendido, NO). Su saliva (la de los adultos y ninfas) es la que termina provocando reacción y picor.
Los piojos adultos pueden vivir hasta 30 días en la cabeza de una persona. Si el piojo cae fuera de la persona, generalmente muere en poco más de 2 días (en algunos artículos hablan de tan sólo 24 horas)
Una vez realizado el tratamiento, el niño debería poder acudir al colegio al día siguiente ya que los productos pediculicidas sólo precisan unas horas para que sean efectivos.
Un resumen que intenta ser explicativo.
Los piojos sólo habitan en la cabeza y no en el medio ambiente (para esto son mucho más puñeteras las pulgas, sus males también los he sufrido, pero este ciclo y su combate lo dejaremos para el siguiente capítulo, puedo llegar a ser un compendio en Parasitología, aviso).
Sólo debemos tratar a individuos infestados (el resto de las personas de su entorno se deben revisar y tratar sólo si encuentran ninfas o adultos). Así evitaremos tratamientos innecesarios y la aparición de resistencias a los productos que actualmente aplicamos.
Lo que sí se pueden usar son repelentes (de eficacia poco demostrada), siempre y cuando se haya comprobado la No presencia de infestación.
Las liendres NO se alimentan, ni se contagian a otras personas, porque sólo son huevos y no pueden desprenderse del pelo donde las puso la madre que las
parió
.

Los piojos NO BRINCAN y fuera del pelo, sobre superficies lisas, apenas andan (ver video) Sin el calor humano mueren entre 24 y 48 h. Suelen transmitirse de pelo a pelo, por ello se recomienda acudir al colegio con el pelo corto o recogido. Aunque hay quien opina que precisamente en el pelo corto, tienen más soltura y el piojo vive mejor.
Las mascotas domésticas NO son fuente de infestación, ni nosotros para ellas.
Un niño bien tratado (ya sin ninfas ni adultos en su cabeza) no es causa de transmisión del parásito y puede acudir a su centro educativo al minuto siguiente de aplicar el tratamiento.
La liendre no suele caer sola (de hecho cuesta un triunfo desprenderla aunque ya no esté viva). Recordemos que está pegada con una sustancia insoluble en el agua.
Y aunque queden vivas tras la primera aplicación del tratamiento (Que es del todo probable) en lo que eclosionan y las ninfas mudan a adultos, repitiendo el tratamiento (como suelen recomendar a los 7-10 días) las pillas a todas seguro (en forma de ninfas todavía, han sido incapaces de copular y por lo tanto incapaces de volver a poner huevos). Fin del problema. Otra tema es que pueda haber reinfestación o que el tratamiento haya sido mal aplicado.
Por lo tanto, hoy en día, el empeñarse en eliminar todas las liendres del cabello de una persona que ya está siendo tratada es simplemente un tema estético.
La aparición del piojo de la cabeza (no así el del pubis o el del cuerpo-que vive en la ropa-) no está relacionada con una falta de higiene. Pero tampoco “van al pelo limpio” como se cree popularmente. Van para donde pueden y se quedan en donde les dejan. Lo que sí está demostrado es que hay personas más propensas (Y creo que a Luisa le ha tocado la china, tendré que estar más atenta). Pero también he leído que en el pelo limpio acceden con más facilidad al cuero cabelludo y se encuentran más a gusto. Es verdad que, precisamente Luisa y yo somos las que nos lavamos el pelo a diario (ella porque con el pelo que gasta me cuesta cero tiempo y esfuerzo, casi se le seca solo. Y yo porque no me auto-soporto la peste a oveja). Además, para mí, cepillarme el pelo al irme a dormir es como el lavarme los dientes: impepinable. También se lo cepillo a las peques, claro. Una manía, como otra cualquiera.
La mejor prevención, llego a la conclusión, es la revisión por mechones con la lendrera. Y actuar en cuanto aparezcan los jodios bichos.
Yo comprendo que el miedo es libre y que siempre es mejor prevenir que curar. Pero es que si no me encuentran informada, según el personal de la guardería, ya me tendría que haber gastado el dinero en otros tratamientos distintos, tendría que haber sometido a éstos a una niña de dos años innecesariamente, lo que no benefician ni a la niña, ni a la prevención en el Centro, ni al medio ambiente, ni a la lucha contra las resistencias. Y todo esto no me puede dejar de parecer una negligencia, creo humildemente que el personal de un Centro Educativo cualquiera, ya que cada año mandan un par de veces la dichosa circular, deberían como mínimo conocer la naturaleza y vida de este pequeño insecto parásito que parece que nunca podrá existir lejos de nuestro calor humano.
Ya bastante que me han
apañado
dos días de trabajo, la casa ha quedado desatendida porque Paqui se ha quedado con la enana…y que yo sepa pagamos las horas de guardería como los demás.
Como curiosidad os diré que no he encontrado información sobre como distinguir, así a simple vista, una liendre con su embrión vivo o muerto(por favor, quien la consiga que me la pase). Lo del famoso “chasquido” entre las uñas tengo motivos suficientes para sospechar que no es siempre sinónimo de su viabilidad.
Para el que quiera ampliar, la red está “infestadita” con el tema, pero con este enlace ( y otro vídeo) ya tenéis para un ratillo:


http://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/pediculosis.pdf


5 comentarios:

  1. Ay, pues a mí es hablar del tema y me pica todo, eh?

    Esta semana también ha habido piojos en la clase de Vero, además se han contagiado sus dos superamigas pero ella por una vez se ha librado! Pienso que es porque ahora va con coleta (y aunque estén juntitas, no pasa de melena a melena, como tú dices no saltan), o porque una vez a la semana la aclaro con vinagre, por mi psicosis... jaja!!

    Muchos besicos!!

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  2. Dios, aunque me esté picando todo... gracias por la información!

    Yo ya te conté, cuánta angustia sufrí de pequeña por estos bichos asquerosos, tenían absoluta predilección por mi (al igual que pulgas y mosquitos, soy un insecticida natural por atracción para el resto de personas que convivan conmigo en una casa). Y yo, con aquella melena tan larga, y mi madre amenazando con raparme enn cada episodio que sucedía (Y debieron ser como cinco o seis...). No la culpo. Me veo ahora en la situación y me entran los siete males.

    Y sí hija mía, en este tema como en tantos otros, cuánta desinformación hay por la calle, manda huevos...

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  3. Vaya tela tía, si has echo casi una tesis piojil jejeje. Bueno en fin, quien no ha tenido piojos alguna vez, lo importante es tratarlo lo antes posible y ya está, problema resuelto, que ya tenemos bastantes quebraderos de cabeza diferentes. Besitos.

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  4. Cro que ya te conté que cuando Jose trajo los piojos a casa se nos ocurrió mirarlos por el microscopio y el niño, pobrecito, tuvo pesadillas para rato. Yo creo qu en las pelis de ciencia ficción se deben inspirar en estos bichejos para diseñar monstruos repugnantes.
    Afortunadamente, cómo han cambiado las cosas. Recuerdo que cuando yo era niña, tener piojos era casi un estigma: si alguien se enteraba que los tenías, te podías dar por perdida. Era sinónimo de suciedad, de dejadez...Yo solo los tuve una vez y creo que los debió de tener toda mi clase porque coincidimos una tanda en la peluquería. Desde entonces creo que nunca volví a tener el pelo largo.
    Según cuento esto noto ya picorcillo en el cuero cabelludo....

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  5. Gracias chicas por todas las aportaciones...
    Siempre parece que los males, compartidos, son menos graves.
    Besos a todas.

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