Tan sólo hace un par de horas me he sorprendido a mí misma, pasando de la risa al llanto en décimas de segundos. A veces me pasa.
Os lo voy a contar, a ver ¿Quién es capaz de comprenderme mejor? Sé quienes seréis: Vosotras, las mujeres, en especial las que habéis parido.
A veces, tengo por costumbre entretener a Julia hablándole de cuando estaba en mi tripa, del momento de su nacimiento, de cuando era bebé, se lo adorno de múltiples mentiras y ella se parte de risa, continuamente repite- “Sigue Mamá”-
Esta noche mientras se terminaba el postre de la cena (que para colmo era media naranja “en sello” como decimos nosotras) estábamos de de esta guisa:
Yo de pie interpretando la parodia:
-“Pues ya una tarde salimos pitando para el hospital, para saber que opinaban los médicos porque a mí me dolía mucho la barriga, y ellos dijeron que tú ya querías salir, así que se pusieron todos muy nerviosos, un médico a cada lado como los porteros de futbol, uno parecía Casillas y el otro el portero del Barça (que no me acuerdo como se llama)…¡Venga aprieta! ¡Cuidado no vaya a salir corriendo la mendruguina Julia por el pasillo! Que viene diciendo que quiere un bocadillo de jamón, la tía.”-
Y ella riendo con la boca bien llena de gajos de naranja (¡Qué miedo!): -“Más Mamá”-
Seguí: -“Pues Papá tenía una cara de susto…”-
-“¡Ah si, Mamá! Y ¿Por qué?”
Y el pobre Jordi, por seguir la broma… -“Mamá si que tenía cara de susto”
Me dejo caer en el taburete desplomada y balbuceo - “Eso sí que es verdad”
Y Jordi contesta todavía contento:-“¿Qué has dicho Alejandra?"
Y de repente brotan muchas lágrimas de mis ojos mientras intento repetir: -“Eso si que fue así”
Y Jordi se descoloca total, se acerca, se abraza a mis rodillas: -“¿Qué pasa Amor? ¿Qué he dicho? Si era broma…”
Y mi niña: -“Mamá ¿lloras?”-
Y de verdad que no he llorado porque sus palabras me hayan hecho daño, no. Simplemente me han hecho volar tiempo atrás y recordar, han sido la llave que él ha usado, sin saberlo, para reabrir la puerta que da a un abismo en el que yo me he dejado caer, un túnel que hemos terminado por recorrer muchas.
Y es que no ha podido decir verdad más grande: las caras de más susto en un parto hospitalario son las nuestras, las de las que parimos. Cuando precisamente deberían ser las más valerosas, las más fieras, las más orgullosas, las más felices, las más seguras, las más escuchadas y a la vez las más mimadas.
Todo esto, en ese mismo instante se lo he intentado explicar a Jordi pero seguro no lo ha entendido, creo que entre otras cosas ( además de por pensar que estoy, definitivamente, como una chota del campo) porque no ha sido capaz de sacudirse una culpabilidad que él ha considerado suya y por supuesto no lo es.
Mientras, en mi bucle, aparte de sentirme la más aguafiestas, seguía dando vueltas.
¿Cómo hemos llegado a esta situación? ¿Cuándo? No hace tanto lo normal era parir cada una en su casa, rodeada de caras familiares y amables que no dejaban de dar aliento. Pienso que las que ahora, en estos tiempos, lo consiguen quedan como iluminadas, resplandeciendo. Es el premio a su valentía, la que yo ya no tendré.
No quiero ni pensar, entonces, en los partos de la generación, tan cercana, de nuestras propias madres, que encima de estar en el hospital, alumbraban solas: solas antes, durante y después, con los bebés atendidos en el nido y los acompañantes mirándolos desde el cristal. ¡Y dale al biberón! Que estaba muy de moda lo de la liberación femenina y eran lo último y lo mejor aquellos polvos recién inventados que se querían parecer a la leche materna, sino incluso superarla.
¡Así estamos la Generación Peter Pan! A los treintaymuchos pidiendo a gritos que nos dejen ser los bebés que quizás nunca fuimos. ¿Por dónde andará nuestro Continuum? Anulado, estamos más perdidos que Carracuca.
Creo, ahora, con lo poquísimo que he ido aprendiendo (aún habiendo parido un par de veces) que me equivoqué, que me hicieron equivocar, que el cómo parir es tan importante como los nueve meses de embarazo, como la lactancia, como la crianza… y yo fui ciega, acojonada, pidiendo la anestesia que poco me anestesió y recibiendo la oxitocina a traición, sin preguntas ni explicación. Una pena.
Por eso he llorado esta noche, Jordi.
Por eso he llorado esta noche, Julia.
Luisa ni se enteró, el Coco a sus cocadas.
Cuando mejor nos lo estábamos pasando. Perdónad, chicos.
Y para mí este tema tiene carrete, porque me pone los pelos de punta pensar en los partos inducidos, cesáreas, instrumentos obstétricos, episiotomías salvajes... y demás atrocidades, sobre todo cuando hubieran resultado innecesarias...pero es tarde, debemos descansar, me voy a la cama, mañana seguimos charlando.
Pero sobre todo, esta vez no busquéis mi vena científica (que estoy muy a favor de la evolución médica y reconozco por ella muchas vidas salvadas), ni mi vena poética, me ha salido todo a destajo directamente del corazón. Todo un desahogo. Gracias simplemente por escuchar.
Por y para mis amigos, para los que me quisieron, para los que me quieren y para los que algún día puede que me lleguen a querer.
Para bien o para mal, por distintas circunstancias, en esta vida me ha tocado algún que otro peregrinar. Ello ha conllevado el tener que despedir, recibir, conocer gente... algunas de estas personas me han concedido el privilegio de considerarse mis amigos... y muchos, aún hoy, siguen siéndolo.
Gracias por estar ahí.
Gracias por estar ahí.
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Ay, Ale... qué sensación tan familiar la que relatas...
ResponderEliminarPara las mujeres que no entendemos cómo podemos seguir trayendo nuestros hijos al mundo así de 'mal', para la sanidad convencional y la sociedad en general, sólo somos un atajo de egoístas tocapelotas y marisabidillas. Egoístas porque tenemos comodidades y avances que ya quisieran en muchos lugares del mundo, y marisabidillas, sencillamente por saber leer y cuestionar lo que es cuestionable. Lo de tocapelotas es a resultas de lo anterior.
Y sí, tenemos condiciones higiénicas que en otras partes del mundo no (que reconocemos y agradecemos, por eso yo no creo que seamos egoistas); pero no sólo en hospitales, sino también EN NUESTRAS CASAS... y en algunas partes del mundo donde carecen de tanto avance tecnológico, LOS SENTIMIENTOS Y LAS EMOCIONES de la madre que pare y el bebé que nace SE TIENEN EN CUENTA. ¿Quién es más avanzado?...
Yo también me acuerdo muchísimo de la generación de nuestras madres, que creo que sin duda han sido las más maltratadas obstétricamente en la historia. Así son los relatos de sus partos en la gran mayoría... de ahí tantos miedos que tenemos nosotras... nuestras abuelas, tatarabuelas y demás super abuelas NUNCA PARIERON TAN MAL.
A mi este tema me puede, definitivamente es mi cruzada.
Llora lo que necesites, sácalo de dentro, ponlo en palabras... para Jordi, para Julia cuando tenga edad de entenderlo... es parte de nuestra historia como familia, preciosa. Y si lo compartes con más mujeres, como estás haciendo ahora... el conocimiento sigue pasando en círculos concéntricos. Cambiaremos el mundo :)
Ya te quería mucho, pero te quiero cada día más :)
Que decir... ya esta dicho y lo no dicho, esta entendido, Porque esas lagrimas son compartidas por muchas y entendidas por todas las que han tenido la experiencia de ser madre.
ResponderEliminarUn abrazo
Quizá yo sea conformista y si bien creo que podría mejorar la asistencia a la mujer y convertirse en más humana (tampoco cuesta tanto, como dice mi hermana que es enfermera en una planta de obstetricia), también es cierto que muchas hemos agradecido parir en el hospital (Tomás venía con varias vueltas de cordón y le faltó muy poquito),
ResponderEliminarLa verdad para mí el parto no es un trance nada agradable. Dolor bárbaro; intimidad, cero; agrado. nulo. Pero todo se da por bien empleado cuando ves la carita de tu niño y todas las emociones brotan: lágrimas y risas, angustia y orgullo(he sido capaz de parir) y sobre todo un amor tan incondicional y a primera vista que das todos esos inconvenientes por bien empleados.
Mi madre siempre me dice que es el dolor que más pronto se olvida. Yo creo que no: siempre está ahí como un recuerdo de todas esas emociones que viví dos días de hace trece y diez años.
Hola Alejandra, trabajo en una empresa de publicidad online, donde estamos organizando un evento para bloggers de gastronomía. Queremos invitarte y si me facilitas una dirección de e-mail, te enviaré el dossier con los detalles.
ResponderEliminarUn saludo,
Jose Mata.
Disculpa Alejandra, me he despistado. El evento que te comenté es para bloggers que escriben sobre bebés y embarazos.
ResponderEliminarMi email es: jose.mata@addoor.net
Un saludo y gracias
José Mata