Para bien o para mal, por distintas circunstancias, en esta vida me ha tocado algún que otro peregrinar. Ello ha conllevado el tener que despedir, recibir, conocer gente... algunas de estas personas me han concedido el privilegio de considerarse mis amigos... y muchos, aún hoy, siguen siéndolo.
Gracias por estar ahí.

jueves, 2 de enero de 2014

Alegre despedida.

No, no cierro este blog.

Para mí sería, ésa, una triste despedida.
Da pena cerrar lo que parece abandonado. Por lo menos, dejando la puerta abierta, todavía algún despistado puede hacer alguna visita y, aunque casi no me entere, darme una alegría.
No, no quiero despedirme de este diario.
Quisiera regresar, si pudiera ser,  más a él.

Porque ha sido para mí, y para otros, fuente de dulces penas y alegrías. Y porque echo de menos su paz, su intimidad, sus noches en vela sin poder dejar de escribir, el gusanillo en la tripa cuando me viene a la mente, las mariposas entre los pulmones cuando pienso en que alguien lo leerá. Porque sigue siendo parte de mí y no es aún el momento de prescindir de él. Creo.

Porque nació en un momento valioso para mí, gracias a personas que llenaron y llenan mi cabeza y mi corazón de sólida alegría. La más culpable fue aquella Carolina, que me cautivó desde el minuto cero con su voz de cascabeles. Mientras yo sólo intentaba y ella sí que más aprendía sobre como atar a nuestro pecho los mejores trocitos de nuestra vida.

He vuelto para deciros que de lo que me despido, parcialmente, es de las más nuevas tecnologías. No han resultado ser tan positivas para mí. No es preciso dar muchas explicaciones. Simplemente, hay veces que, volver a las raíces reconforta, se necesita.
Algo de desconexión.

Hace ya un tiempo que un smartphone se instaló en mi vida, y en él a su vez se instalaron Twitter, Facebook, Whatsapp, Yahoo correo, Linkedin y Line.
Ésto, que a muchos os puede parecer una ventaja, empezó a restar tiempo a mi existir. No parece una cosa exagerada… pero lo suficiente como para, por ejemplo, dejar pendiente de lectura la novela que me ocupaba.
Y es que ya lo medité mucho...
No esperaré a bajarme en la siguiente, me piro ahora mismo. Me quedo en esta estación y cuando lo vea conveniente me volveré a subir. Que para eso entiendo que existe la tecnología, para que dispongamos las personas de ella y no al revés.

Las aplicaciones de  redes sociales saldrán de mi teléfono. Quedarán como antaño, de vez en cuando me daré por allí un garbeo, sin necesidad de recibir los inoportunos tiroritos de las notificaciones. Las usaré, eso sí,  para colgar allí las Nuevas alejandradas que espero vuelvan a ser más abundantes.

Whatsapps y compañía serán atendidos, sólo y exclusivamente, a partir de que mis peques estén dormidas, así que no intentéis comunicaros conmigo de manera urgente por esa vía.

Quedo, por ahora,  relativamente disponible a los correos, cuando disponga de wi-fi o conecte los datos y  también relativamente a las llamadas, siempre y cuando no esté en tiempo exclusivo con mis hijas. Sobre todo  cuando estemos  jugando-trajinando (espero recuperar esos ratos) o esté colaborando en la realización de los puñeterosquemetienenhastalasmismísimasnarices  deberes.

Espero que seáis compresivos con mi mínimo esfuerzo de recuperar esa parte de mi vida.
No quisiera dejar de ser esta persona comunicativa pero… algún que otro deber me reclama, mis chicas me necesitan tanto o más que yo las necesito a ellas y echo de menos esa parte algo solitaria de mi forma de ser.

Comienza un año nuevo. En el que uno de los deseos que más me ilusiona es que mis hijas me vuelvan a ver leyendo. Pero no mensajes rápidos en la pantalla de un teléfono, sino ese libro que me transporta y me emociona. Que me vuelvan a ver escribiendo. Pero no respuestas  aceleradas sentada en un peldaño de la escalera, sino tecleando en mi viejo ordenador sin batería, ante el escritorio que me hace soñar ser alguien más importante.

Hambre de frenar, mirar alrededor, respirar profundo y meditar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me interesa tu opinión. Por faaaaaa... Deja tu comentario: