Para bien o para mal, por distintas circunstancias, en esta vida me ha tocado algún que otro peregrinar. Ello ha conllevado el tener que despedir, recibir, conocer gente... algunas de estas personas me han concedido el privilegio de considerarse mis amigos... y muchos, aún hoy, siguen siéndolo.
Gracias por estar ahí.

sábado, 21 de abril de 2012

Abolición del pensamiento divergente ¿Será maligno?


He encontrado un par de nuevos gurús comerciales en mi camino espiritual. Como a otr@s les haré justo el caso que considere pertinente.

Howard Gardner me sedujo con sus inteligencias múltiples; me consuela…¡Pero si también soy inteligente! ¡Y tú! ¡Y todos! Cada uno a nuestra manera.


Y Sir Ken Robinson  me sorprende cada día, sobre todo,  con sus teorías sobre la creatividad.

Os dejo un artículo suyo y remarco lo que más me ha interesado en este momento. Ya me lo contaba un día Marta, que también sabe tela de esto. Pero ahora lo sufro en mi propia casa.

Me empieza a preocupar la desmotivación de Julia en el colegio. Pero quizás tenga algúna causa.
Ha traído corregidos los ejercicios del segundo trimestre. 
Y entre ellos este de matemáticas.
Enunciado:
Fulanito tiene 6 años y su primo Menganito tiene el doble de años que Fulanito. ¿Cuántos años tiene Menganito?
Respuesta errónea: 6 + 6.
Corrección: 6 x 2 = 12.
¿Cómo os quedáis?
Yo bizca. Casi tengo que sacar la calculadora.

SIETE MENTIRAS DE LA ESCUELA TRADICIONAL Por Sir Robinson, el mayor experto del mundo en educación


Una conferencia de 18 minutos en 2006 le hizo famoso. «Las escuelas matan la creatividad», dijo entonces en un discurso revolucionario sobre la educación. Nacido en Liverpool en 1950 en el seno de una familia trabajadora de siete hermanos, la escuela le cambió la vida. «Un profesor descubrió el talento en un chaval poliomelítico de barrio y apostó por él». Catedrático, escritor y conferenciante, Robinson asesora a gobiernos, empresas e instituciones culturales de todo el mundo.

Primera mentira: si te esfuerzas en el cole, de mayor tendrás un buen trabajo. Todos los países del mundo están llevando a cabo profundas reformas de la educación. Algo no funciona, pero nadie sabe muy bien qué es. Para Robinson, el problema es que el viejo axioma «si te esfuerzas, podrás acceder a la universidad y tendrás una carrera y un buen trabajo asegurado» ha muerto. Ya no se lo creen ni los profesores ni los propios niños. Educamos a los niños con ideas del pasado para un mundo cambiante que desconocemos.

Segunda mentira: todos los que suspenden son tontos. Las líneas maestras del sistema educativo fueron concebidas en plena Ilustración y están al servicio de una caduca revolución industrial. Por eso se siguen priorizando materias como las matemáticas o las ciencias. Según Robinson, se sigue dividiendo a los alumnos en académicos (o listos) y no académicos (o tontos). Eso ha «provocado el caos», mucha gente se queda fuera del sistema porque no es brillante, según la vara de medir de la Ilustración. «La pérdida de talento no es deliberada, pero es sistemática», sentencia Robinson.

Tercera mentira: se debe clasificar a los niños por edades. Ni las escuelas son fábricas ni los alumnos son productos. Por eso censura que los niños sean clasificados por `fecha de fabricación´, es decir, por edades. «Si estamos interesados en cambiar el modelo educativo, no deberíamos perpetuar una estandarización propia de la era industrial. La educación tiene que ver con desarrollar seres humanos, y el desarrollo humano no es lineal».

Cuarta mentira: el cole desarrolla la inteligencia de forma integral. El pensamiento divergente es la capacidad que tiene el ser humano de encontrar muchas respuestas posibles a una única pregunta. Según un estudio, el 98 por ciento de los niños tienen esa habilidad cuando entran en la guardería. Sin embargo, años después (tras pasar por el sistema educativo), el pensamiento divergente mengua dramáticamente. «Los niños crecen en un sistema que solo les permite manejar una respuesta posible».

Quinta mentira: hay una epidemia de falta de atención. Se estima que entre el cinco y el diez por ciento de los niños en edad escolar sufren déficit de atención. Para Robinson, ese diagnóstico es tan «equivocado como ficticio». Y denuncia que «se trata de una moda médica. Los niños afectados están siendo medicados de forma rutinaria». Él echa la culpa de la falta de concentración a la sobreestimulación provocada por un consumo excesivo de televisión, Internet, publicidad o videojuegos. El sistema educativo de toda la vida no logra interesar a alumnos que han crecido en un mundo diferente.

Sexta mentira:la solución es exigir menos a los alumnos. El objetivo de la escuela debería ser identificar las aptitudes naturales y potenciarlas. «No pido que se exija menos a los alumnos, sino más al colegio», explica. Para ilustrarlo, Robinson siempre escoge el ejemplo de genios como Paul McCartney, George Harrison o Elvis Presley, a quienes la escuela les colgó el cartel de `zoquetes´. Nadie supo detectar su don para la música ni fomentarlo.

Séptima mentira:la inteligencia se mide con un test. Los test de inteligencia, según Robinson, son un invento supremacista. Para él, el talento es algo tan personal e intransferible como una huella dactilar. La clave es de qué manera eres inteligente; no si lo eres.



Y una conclusión:¡descubre tu elemento! La ecuación, tal y como afirma Robinson, es simple: «talento más pasión igual a éxito». El intríngulis es descubrir cuál es. En ese proceso, los padres juegan un papel clave. Ellos deben reconocer aquellas habilidades naturales de los niños y potenciarlas para que florezcan.

6 comentarios:

  1. Hola guapisima!!
    Flipada me he quedado con esta peazo casualidad, justo unos días antes de que tu escribieses este post, estuve de finde rural con unos amigos y estuvimos hablando, debatiendo, analizando y meditando sobre este tal Sir Robinson, al cual yo no conocía, una amiga estaba leyendo "El Elemento" y ya no nos faltó tema de conversación.
    Y es que tiene mucha razón.
    Yo me encuentro en una situación parecida a la tuya, Elisa está bastante desmotivada, le gustan sus amigos y algunas cosas que hace en el cole, pero gran parte del tiempo se aburre, no le ve interés ni utilidad a las cosas que le cuentan. Situaciones como la que comentas del problema de Julia son totalmente surrealistas. Aún recuerdo la impotencia que siempre sentí cuando me corregían ese tipo de cosas. Ahora bien, ¿Qué hacemos? ¿Cuál es la alternativa? ¿Tienes alguna idea?

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  2. Por cierto, sigue en pie el viaje a Peñaranda eh?

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  3. Mucho que pensar y mucho por hacer es lo que te deja este post...
    En especial me quedo con lo de la epidemia de la falta de atención. Es tan fácil darse cuenta de eso!. La única epidemia que hay aquí es la del inmovilismo del grueso de los educadores.

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  4. María José yo me estoy planteando ya muy en serio el no apuntarlas el curso próximo a ninguna extraescolar. Y dedicarme a estar con ellas de tranqui sin tener que correr a todas horas y eso que considero que no las tengo "cargadas". A la enana nunca la he apuntado a nada, con el cole ya tiene bastante. Me dedicaré a nuestras propias extraescolares caseras. y a ayudar a Julia a organizarse con los deberes, porque del "sistema" no me puedo salir y en el cole ya le están diciendo que, si este año le está costando, que se "prepare" para el año que viene...vamos un ánimo...
    La verdad es que hablar esto con vosotras daría para horas... a ver si un martes me acerco. O, como tú dices, viene la "montaña". Que ya va a hacer buenito.

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  5. Hola Alejandra:

    Ya se que llego un poco tarde, pero me gustaría dejar mi opición sobre este tema. Primero decir, que me han gustado mucho las reflexiones del sr Robinson, coincido mucho con él, por otro lado, he de decir que mi hijo Alejandro aún está en infantil y no estoy sufriendo de lleno las lagunas de la educación española, pero que sé que un día, muy cercano, lo sabré. Tengo amigos a mi alrededor que se quejan de la cantidad de deberes que les mandan a los niños, la cantidad de exámenes, trabajos, lecturas,manualidades,etc.... ¿para qué? ¿para ocupar su tiempo?... se cree que cuanto más sufran y más horas se afanen, mejores resultados, y lo más importante se olvida...¿ y la autoestima, la creación, las habilidades sociales, inteligencia emocional, valores?,y así un millón de cosas. Se cae en un sistema ANTIPEDAGÓGICO, en cuanto los niños van y llegan del cole con los sentimientos de frustración y agotamiento... y quitándoles algo FUNDAMENTAL para desarrollar personas con una sana autoestima y personas con integridad: quitándoles tiempo para JUGAR, y por otro lado, ESTAR CON LOS PADRES. La infancia pasa rápido, y lo que no se haga en ella, repercute en el futuro.

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