Para bien o para mal, por distintas circunstancias, en esta vida me ha tocado algún que otro peregrinar. Ello ha conllevado el tener que despedir, recibir, conocer gente... algunas de estas personas me han concedido el privilegio de considerarse mis amigos... y muchos, aún hoy, siguen siéndolo.
Gracias por estar ahí.

jueves, 4 de agosto de 2011

Este último viaje.

Hemos vuelto de las vacaciones desde Almancil -en el Algarve-, hemos recorrido todo el sur de Portugal, (Relámpago) hasta Cabo San Vicente para ver caer el Sol,
sentados en precipicio,
abrazados (Sobre todo para que no se me escapase el Coco),
casi tocando el vuelo- parado por el viento- de aquella gaviota  a escasos centímetros de nuestra mano, arropados los cuatros por la misma manta,
aplaudiendoy vitoreando un fin del día rodeados de hippies españoles...¡Qué locos! No me lo imaginaba así...

Me gusta  ir a lugares mágicos -como al cine- sin haber leído antes la sinopsis.

También me gusta ir a lugares mágicos- como al mismo fin del mundo- sin batería en la cámara.
De verdad (Jordi, no es recochineo), me obligará a retener ese momento siempre fresco en mi recuerdo.
Se lo he dicho a Julia, es como un secreto, que ya sólo quedará entre nosotros.

Nos han acompañado (En las misiones menos arriesgadas):
Un bebé llamado Liam (Para quien los perros, lógicamente, no ladran "guau-guau" ni "woof-woof" sino "guau-woof"),
La Mamá de ese Bebé (Como la ha llamado Luisa durante muchos días) una dulce, rubia, guapa y optimista irlandesa que prepara un  riquísimo porridge que he desayunado cada día  -Magnífica manera de tomar leche, cereales (Templaditos) y fruta (Picada, fresquita) todo en uno... thank you por la revelación-
y El Papá de ese Bebé, amigo del colegio de Jordi casi desde su más tierna infancia y compañero de muchas aventuras y desventuras.

De vuelta a las Castillas hemos separado los caminos, pues nosotros teníamos el empeño de achuchar una enooooorme barriga y hemos tenido narices para, en pleno julio,  pasar un par de noches en Sevilla. 
Hemos estado con Marga, David "El Mago" y mi ahijado, un ratillo, con la esperanza de ver nacer a la pequeña Margarita.
Hemos visto  a Mamá Marga y a Adolfo que tienen una casa preciosa, acogedora y del todo preparada para la vida moderna.

Y  no he podido ver un desvío para Gines y no volver para pasar por allí...raspando los minutos.

En tan sólo una mañana, en cuestión de horas, he removido mis cimientos, cientos de recuerdos que me han traído el caminar por sus calles, ver mi casa... pero sobre todo encontrar a sus gentes tal cual  les recordaba.
Me ha ido cuadrando todo, he encontrado a cada uno en su lugar, sin avisar, después de años de no vernos...

A Paco, ya le conocéis de otros escritos. El fue amigo en una desdichada racha adolescente (En la que un simple corte de pelo me hubiera mantenido recluida en casa una eterna temporada), las horas charlando sentados en un bordillo de nuestra calle al raso fueron infinitas, sus consejos oportunos, su nobleza  ejemplar, Rociero y Sevillista hasta la médula...Somos bien distintos... Pero hemos compartido tanto... Que cuando se marchó a la Mili, podría haberse ido mi novio y yo no hubiera sufrido-ni escrito- tanto. 

Eterno repartidor de sonrisas y vendedor de alegrías... ya venía a nuestro encuentro por la calle...
Emilio nos había reconocido, desde el anonimato de su furgo del trabajo, y ha parado en la juguetería para avisarle de nuestro intento de sorpresiva visita.


-"¿Y Chelo?"- He preguntado a los pocos minutos.
-"¡Vamos a verla!"-
Su hermana, con quien compartía yo habitación cuando les visitaba...Ella es una  morena alegre, de mirada intensa y boca marcada, guapa.
Positiva donde las haya. ¡Tela!

En su tienda, ya cerrada, he charlado también con Concepción y su consuegra. Risas.

Hemos hecho allí campamento base (En la antigua casa de Paco, como en los viejos tiempos) y he ido planeando y esbozando el resto de las visitas: 

A Juani la he pillado saliendo de mi casa vecina, de total casualidad. Había venido de Punta Umbría por ser el cumpleaños de su hijo Javi  y acababa de volver a por su teléfono olvidado. No ha dudado en acompañerme-con la prisa que llevaba-, para colarnos por la trastienda,  a conocer a la pequeña y saludar a Julia. Profesora vocacional, es de sonrisa amplia y ojos que brillan, incluso en lo reveses de la vida.

Nazaria no me ha reconocido hasta que no se qué gesto le ha recordado a mi madre.  
Tiene 83 años -Que no se los echaría ni ella que se los cuenta-
Cose que es un primor. 
Y su fijo (Que móviles ni había) fue nuestro teléfono, para recibir llamadas, el tiempo que viví allí.
Un sol de mujer, el sol de muchas mujeres.
Es el duendecillo que, si sabe que te gusta la sopa de tomate, se cuela por la ventana y te hace un perol para dejarlo en la encimera de tu cocina. Ella disfruta sólo pensando en tu cara al encontrarlo y en el gusto con que te la has tomado.

Y a Luci... y a Luci... ¡Qué cocotón le daba!!!
¡Qué si no se lo digo: -"¿Es que no nos parecemos ni un poco a  Paloma?"-!


Yo recuerdo intensas charlas con ella. Aún con nuestra gran diferencia de edad hemos charlado siempre abiertamente. Ella es especial, menuda, soltera, trabajadora,  alegre,  un cascabel al que no todos, en su propia tierra, han sabido apreciar. Sabes lo que te quiero. Porque la base del querer muchas veces es, simplemente, la admiración y el aprecio.Todo te lo tengo.

Y todavía nos ha quedado tiempo para dejarnos invitar a riquísimo adobo y demás.
A Ver a Emilio.
Contarnos muchas cosas. Reirnos.
Y conocer a toda la chiquillería: Paco, Nacho, Ana y Pablo-pequeño terremoto-. Cuando han salido de sus campamentos y su guardería. 
¡Qué lindos todos! Respetados, comprendidos y amados. ¡Qué bellos padres!
Sólo me ha faltado ver a Alicia...que doblaba turno por tener un compañero de vacaciones.
Te espero en casa, que os va a pillar casi de camino.

¡Qué ilusión tan grande!! 
Jordi, en el viaje de vuelta me decía, corroborando las palabras de Nazaria:
-"Desde luego... el poco tiempo que vivistéis allí sí que tuvo que ser especial."-

Lo fue...nueve meses que darían para escribir un libro...
De cada una de estas personas entrañables.












En Tomares, los peques. De Marga no pongo foto porque la barriga se saldría del papel.
Y todo Gines representado por Paco-peque. Por ser ...Todo un campeón.
Reparte besos.



5 comentarios:

  1. Que lindos recuerdos con los que te has encontrado :)

    Cariños!

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  2. bonitas fotos. Pero la de Luisa en el puente de madera me encanta

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  3. Gracias por vuestras visitas, palabras y cariños...
    ¡Qué díficil es comentar!!!
    ¡Últimamente blogger está imposible!!

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  4. Dios mío qué recuerdos!!!! me han encantado las fotos, la de Luisa en el pueste muy original

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  5. Verdad Marga!!?? Y encontrarnos allí las dos fue nuestro mejor tesoro.

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