Para bien o para mal, por distintas circunstancias, en esta vida me ha tocado algún que otro peregrinar. Ello ha conllevado el tener que despedir, recibir, conocer gente... algunas de estas personas me han concedido el privilegio de considerarse mis amigos... y muchos, aún hoy, siguen siéndolo.
Gracias por estar ahí.

jueves, 19 de enero de 2012

Un parto de campo.

No todos los días son tan buenos en las labores cotidianas de un veterinario de campo.

Y aunque, al principio, se puede llegar a pasar un poco de miedito con el padre de la criatura rondando por allí, sin ganas de hacer nuevos amigos...el final, esta vez, bien merece la pena.





Las prácticas y aparatos obstétricos pueden pareceros no gozar de la suficiente delicadeza pero, en este caso, sí fueron necesarios.




Y este choto, además, es de los afortunados.
Aquí no se llega a ver pero cuando se levante, dentro de muy poco rato, podrá estar con su máma y tomar teta.





Me gustaba ir con Jordi de ronda, acabar comiendo los dos solos en una hamburguesería desierta  un día de Navidad...
Pero tener hijos cambia las cosas.
Ahora es Julia la que a veces quiere y puede hacer la escapada.

P.D. Hace mucho tiempo que no vemos al ayudante de aquel día y al intrépido cámara. ¡Un abrazo chicos! El tiempo y la distancia no siempre causan olvido.